El oso

Olga

Asimétrico y pasivo.
inquebrantable y silencioso .
Amigo único.
Su gran oso.

Regalo de su padre a su hijo varón,
ya desde pequeño encomendado a madronas
que pronto vistieron en plumas y joyas
y le enseñaron las bases y deberes
para que fuera todo un señorito.
En poco tiempo el niño se aburrió,
y en su ocioso tiempo
el capricho volvió crueldad.
Y cómplice hizo
de su amigo oso.
El primer crimen vino con negras hormigas,
a quienes aplastaba sin consideración.
Luego jalaba las colas a perros y gatos
y con una vara los amedrentaba
cuando molestos le recriminaban;
arañando o ladrando.
Después fueron las aves de corral,
donde encontraba placer
al desplumarlas y patearlas.
Al rato fueron las trampas de caza,
y reía divertido al momento que nada sutil,
arrancaba con irregularidad los pelos
de la pobre presa.

Con el tiempo se olvido del fiel y dócil compañero
y salía a jugar solo.
Pasivo y silencioso.
No le recrimino nada el oso.

Días pasaron y un día,
egoísta y mimado
a su hermana le negó sus juegos.
Entre el estuche de arrumbados
Resalió, el antaño, peluche compañero
“No quiero” Decía a la par que hacia pucheros.
Regularmente refutaba y pataleaba mientras retenía en sus brazos el objeto.
Y en su fuero interno pensaba
“¡Mío y de nadie más!”
Después lo volvía a abandonar,
recordando divertirse con otros primero.

Sería que entre tantas de las veces, entre berrinche y jadeos,
diera un paso en falso, tropezará con el oso
y callera en redondo al suelo.
Con continuidad grito mientras daba de vueltas por las escaleras.
Golpeándose fuerte la cabeza,
sangrando, perdió conciencia.

A su lado quedo:
estable y silencioso,
Su amigo único,
Su oso